El policía Juan Roldán fue víctima de dos abolicionismos: el penal y el psiquiátrico

En el año 2010, entre gallos y medianoche, sin debate público, el inefable Congreso argentino votó una nueva Ley nacional de Salud Mental que es un verdadero compendio de irracionalidad

Imbuido del discurso foucaultiano, el progresismo se lanzaba hace una década a la erradicación de los psiquiátricos. El resultado: una ley absurda y totalmente ajena a las necesidades reales de la sociedad, una de cuyas consecuencias quedó expuesta en el trágico caso Roldán.

Además de eliminar los hospitales psiquiátricos, que deben sí o sí integrarse a los establecimientos sanitarios generales, la ley establece que un paciente no puede ser internado sin su consentimiento.

A ver si se entiende: el enajenado que apuñaló al policía Juan Roldán no hubiera podido ser ingresado a una clínica psiquiátrica contra su “voluntad”, si así lo hubiese dispuesto un profesional. La justicia investigará ahora los detalles del caso y se sabrá, entre otras cosas, si el hombre estaba bajo tratamiento y si algún psiquiatra había aconsejado su internación. Pero, de haberlo hecho, se habría requerido el consentimiento expreso de Rodrigo Roza, el atacante de Roldán.

Esta disposición delirante es la negación misma de la psiquiatría. O de la enfermedad psiquiátrica. Un enfermo mental, que puede estar permanente o temporalmente fuera de sus cabales, enajenado al punto de no ser reconocido por sus mismos familiares, debe decidir sobre su propio tratamiento.

Como si la justicia y la psiquiatría no tuviesen una larga experiencia de personas que, en momentos de crisis mental, pueden asesinar, incluso a sus familiares más cercanos, o dañarse a sí mismos. Pues bien, nada de eso pasó por la cabeza de los legisladores que votaron este despropósito.

La Ley, por otra parte, pone en un plano de igualdad al psiquiatra, con el psicólogo y con la asistente social en las decisiones que conciernen a los pacientes. No se trata de desvalorizar ninguna profesión, pero zapatero a tus zapatos…

Es conocido lo esencial del planteo del filósofo francés Michel Foucault, que tanta mala escuela ha hecho en el mundo y aquí, acerca de las prisiones y de los psiquiátricos como dispositivos de opresión del Estado.

Infobae

Publicado por elpactoargentina

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